La semana pasada (del 21 al 27 de julio de 2014) se disputó el Cervezas Victoria Málaga Open en las instalaciones del Martín Carpena (pista central) y el club Be Life de la capital malagueña, correspondiente a la quinta prueba del circuito World Pádel Tour 2014. En chicos ganaron, quizás por sorpresa, Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez (eliminando primero a los número 1 y después a los número 2 en la final). Mientras, en el pádel femenino, ganaron las gemelas Sánchez Alayeto (que además les supuso situarse en lo más alto del ránking mundial) en una competición de mucha igualdad, como viene siendo de costumbre.
Ya hemos comentado en entradas anteriores que parece que cada vez más se iguala todo (en función de posibilidades y/o recursos de cada uno), los partidos (en general) son cada vez más disputados y eso favorece sin duda el espectáculo. En el Cervezas Victoria Málaga Open ocurrieron elementos que nos recuerdan que, a similares condiciones de trabajo, cada vez más igualdad. Y eso tiene que ver con aspectos relacionados con el enfoque motivacional, entre otras variables psicológicas.
Actualmente existen muchos elementos que favorecen que los jugadores sean cada vez mejores en todos los aspectos del juego, también el psicológico, por razones como las siguientes:
-Cada vez existen más datos de análisis del juego
-Los jugadores se conocen mucho.
-Entrenan mucho, bien, y orientados hacia algo.
-Los mejores siempre son una referencia que se suele imitar, gracias a los cual los “demás” aprenden y mejoran constantemente.
Estos aspectos inciden directamente en distintos aspectos psicológicos pero sobre todo en el enfoque motivacional: es decir, cada jugador cada vez tiene más claro (si trabaja adecuadamente) sobre qué puede hacer para lograr sus objetivos. Es cada vez más probable que cada jugador sepa cuál es el camino para alcanzar lo que desea.
Para funcionar bien mentalmente, es adecuado plantearse objetivos que supongan un reto, que dependan de aquello que se puede hacer, y que esté planteados en “positivo” (es decir, orientados hacia la acción). El tener un conocimiento claro, bien analizado, con soluciones… aumentando la percepción de control de los deportistas (es decir, que perciben que pueden hacer lo necesario para lograr los objetivos, aquello que depende de ellos).
Tanto las condiciones de los últimos años del circuito como la posibilidad de prepararse los muchos jugadores que van apareciendo favorecen que esto sea así. Por un lado, los jugadores referencia han sido Juan y Bela, y los “de detrás” han aprendido de ellos. Los conocen, saben cómo juegan, se analizan cada vez más… pero no sólo eso, los jugadores de más abajo del ránking también tiene cada vez más medios para controlar la situación.
Esto facilita el que los jugadores sepan cómo jugar y qué aspectos mejorar, qué entrenar para cada vez tener más opciones de estar cerca de los de arriba (promueve el plantearse objetivos adecuadamente, fomentan la percepción de control, estimulan a la mejora constante…). Y eso hace que cada vez más existan menos diferencias entre los jugadores; y puedan haber más sorpresas. En pádel femenino ya vemos la tremenda igualdad entre las parejas de arriba; en masculino veremos lo que ocurre. El tiempo lo dirá.
De ahí que cada vez tenga más valor el hecho de que Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín se mantengan en lo más alto del ránking durante más de doce años. Pero no sólo eso, también tiene un gran valor que los príncipes, Juani Mieres y Pablo Lima, se hayan mantenido en el número 2 durante más de seis años. Es un gran mérito que, seguramente, con el tiempo se valorará mucho más.
El Cervezas Victoria Málaga Open, es un ejemplo de lo que está ocurriendo. En pádel femenino se sigue con la sensación de que puede ganar cualquiera, y en masculino parece que aparecen alternativas en todos los “grupos competitivos de parejas”. Las condiciones favorecen que el enfoque motivacional (así como las demás variables psicológicas relacionadas) esté cada vez más ajustado a ser cada vez mejores. ¿Hasta dónde? Difícil de predecir. Lo que sí parece es que cada vez el espectáculo es y será mayor. Una gran noticia para el pádel, sin duda.
