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Es adecuado imitar a los/as jugadores/as profesionales de pádel?

La semana que viene comienza la segunda prueba del nuevo circuito profesional de pádel, donde las principales figuras de este deporte realizan acciones espectaculares que muchos jugadores de distintos niveles querrán imitar en sus partidos entre amigos, en distintos torneos y ligas de clubes, y en competiciones federadas. Y no sólo eso, la semana pasada, por ejemplo, se celebró por enésima vez “La Magia del Pádel” en Castellón donde algunos de los mejores jugadores (Belasteguín, Juan Martín Díaz, Mieres, Lima, Nerone, Lamperti y Hernán Auguste, en esta edición) exhibieron sus habilidades a través de un partido, pro-am, clínics… o también recientemente la inauguración de un nuevo club de pádel, Espadel (en Burriana, Castellón), contó con la presencia de un partido (además del correspondiente clínic) de pádel femenino de primer nivel (con las hermanas Sánchez Alayeto, Celeste Paz y Paula Eyheraguibel). Es frecuente que se celebren eventos de este tipo a los que asisten gran cantidad de practicantes de este gran deporte.

Yo también quiero hacer eso”, pensarán muchos al ver a los mejores jugadores y jugadoras de pádel. Quieren imitar a los mejores. Es decir, quizás sin querer, aplican lo que en psicología se llama “modelado” (un proceso de aprendizaje que se produce cuando una persona imita comportamientos o acciones de otro, de un o una modelo que realiza conductas que quiere imitar el imitador).

¿Es adecuado querer imitar a estos grandes padelistas? ¿Es mejor imitar a las jugadoras? ¿Cuándo el modelado es favorecedor de conductas que benefician en este caso al jugador de pádel? ¿Qué mecanismos son los que hacen que el modelado sea beneficioso y favorezca a, en este caso el jugador o jugadora de pádel que quiere aprender del o la modelo? Es decir, ¿qué y cómo debe el jugador “del montón” imitar a los mejores jugadores/as? Y también ¿cómo puede el monitor o entrenador aplicar correctamente el modelado para mejorar el juego de sus jugadores/alumnos?

Existen ciertos consejos que sabemos son útiles para favorecer una adecuada imitación. Vamos a ver qué cinco de ellos que son clave para lograr un buen modelado:

En primer lugar quién es la persona relevante (en este caso jugador o jugadora de pádel) que actúa como modelo. ¿Tiene mucha influencia? ¿Es un “ídolo”? ¿o quizás todo lo contrario? De esta manera, es seguramente mucho más influyente para un jugador aficionado de pádel los número uno que un jugador de más abajo del ránking. Pero ¿es el mejor modelo para las acciones técnicas que va a realizar en su día a día en sus partidos de pádel? ¿O quizás es adecuado tener (al menos también) en cuenta un modelo más “cercano” cuya conducta a reproducir sea más “asequible” para el imitador?

En segundo lugar, ¿qué ha hecho el modelo para lograr esa destreza en su ejecución? ¿Cuál ha sido el camino que ha seguido ese jugador o jugadora para lograr esa perfección técnica, táctica…? Es muy importante que el imitador entienda que existen una serie de pasos necesarios para lograr ser hábil a la hora de ejecutar un golpe, una acción… Por ejemplo, para poder jugar a una alta velocidad en el juego, quizás es necesario primero dominar adecuadamente ciertas acciones técnicas, mejorar en el plano físico, ser capaz de anticipar las acciones de los rivales… y que el imitador entienda que para alcanzar la ejecución excelente es necesario recorrer un camino, ir paso a paso y conocer cada paso.

En tercer lugar, la conducta a imitar. En el pádel, una bandeja, el remate por tres, el juego a una determinada velocidad, el juego de pies, la volea… No es lo mismo que la acción sea excesivamente complicada, que muy sencilla, ni tampoco que sea “estéticamente importante” que “con una “técnica muy básica” que quizás sea la más adecuada a la hora de aprendizaje…

También es necesario tener en cuenta la predisposición del “imitador” para realizar aquello que quiere imitar. ¿Atiende suficientemente la “conducta a imitar”? ¿Está dispuesto a hacer los “sacrificios” necesarios para adquirir esa conducta?¿Es capaz de “desgranar” los entresijos de la conducta para conocer el cómo realizarla? Para que se produzca una adecuada imitación al modelo, es necesario que el imitador quiera hacer lo necesario y entienda cuáles son los pasos para hacerlo.

Y en quinto lugar, la aplicación del “imitador” para su propia mejora. Es decir, que la conducta del modelo que se desea imitar sea realmente la mejor para el imitador. Por ejemplo ¿es adecuado para un jugador amateur querer sacarla por tres desde su propia línea de saque? ¿Para las características del jugador es mejor mejorar una determinada acción técnica (como la bandeja o la volea, que son los golpes seguramente más utilizados) o quizás otra (como el smash de definición si es que necesita mejorar ese golpe)?

De esta manera, a la hora de utilizar el modelado de forma eficiente, es necesario elegir una conducta que sea “realista” de ser imitada, elegir un modelo adecuado (que sea relevante y suficientemente atractivo y tal vez combinarlo con otros modelos que quizás no sean tan relevantes pero sí más cercanos), tener la suficiente implicación del imitador para adquirir la conducta a imitar, y, sobre todo, que sepa qué hay que hacer (conocer el “camino”) para llegar a hacer lo que se quiere hacer.

Cuando un aficionado ve un partido de los mejores del Mundo, se siente atraído por las espectaculares acciones que realizan esos grandes jugadores. La tendencia inicial es querer imitar aquello que más le atrae, aquello más espectacular. Pero, ¿es lo mejor? Ahora sabemos que lo mejor para el espectáculo quizás no sea lo mejor para que el espectador lo quiera reproducir en su propio juego. Es bueno saber eso y también elegir buenos modelos que nos enseñen qué gestos técnicos, aspectos tácticos… que de verdad podemos incorporar en nuestros partidos.

En este sentido, parece obvio que, al menos para algunos gestos (y para la gran mayoría de los practicantes aficionados), es más adecuado imitar a jugadoras (pádel femenino) que a jugadores profesionales, ya que el camino a recorrer por el padelista amateur es mucho menor para realizar la conducta a imitar; es decir, es mucho más cercano el juego del pádel femenino para la gran mayoría de practicantes que el masculino de primer nivel (aunque este último sea más espectacular).

De esta forma, si queremos imitar a los mejores (o hacer que nuestros alumnos/jugadores imiten a los mejores), es necesario tener en cuenta los aspectos que favorecen un buen aprendizaje por imitación: la acción a imitar, lo cercana o no que esté en relación a nuestro juego, las ganas que de verdad tengamos de imitar al modelo, el “camino necesario” y, sobre todo, si esa conducta que queremos reproducir es verdaderamente relevante para nuestro propio juego (o el de nuestros alumnos/jugadores).

El pádel profesional es un gran espectáculo. Disfrutemos de él y también imitemos (o hagamos que imiten) aquello que realmente es más adecuado para nosotros (o nuestros alumnos/jugadores) de la mejor manera para todos. Esa es la idea.

Video: Partido de exhibición en el Club de Tenis Castellón 2012 (Lamperti-Grabiel vs Lima-Mieres), gentileza de PADEL Femme (www.padelfemme.com).

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